Artículo obtenido del blog: Think Wasabi
Publicado por Berto Pena el 6 jul 2012 >> Ver artículo original
Cuando hace años me propuse mejorar “en serio” mi productividad, tuve que enfrentarme a esta pregunta: «¿por qué no mejoro si tengo ganas de hacerlo?». No tardaría en descubrir que la indefinición y la falta de claridad de mis cambios me estaba condenando.
Todos estos últimos años en constante contacto con miles de personas que buscan mejorar su Productividad Personal me han demostrado que, por lo general, la gente tiene ganas, motivos y hasta pasión por cambiar y mejorar. Pero somos malísimos concretando esos cambios.
Todos estos últimos años en constante contacto con miles de personas que buscan mejorar su Productividad Personal me han demostrado que, por lo general, la gente tiene ganas, motivos y hasta pasión por cambiar y mejorar. Pero somos malísimos concretando esos cambios.
Nos quedamos en el deseo, en la intención, en el qué… pero no definimos claramente el cómo. No hay nada más condenatorio para alguien que quiere mejorar que no se diga, claramente y a sí mismo, qué es lo próximo que va a hacer para conseguirlo.
Los que buscamos mejorar a título personal o profesional necesitamos ser claros y directos, sin rodeos, sin ambigüedades. Debemos concentrarnos en actividades, gestos, acciones CONCRETAS, no intenciones o deseos expresados en forma de suspiro frente al espejo.