jueves, 15 de marzo de 2012

La importancia de decir “no”

Artículo obtenido del blog:     
Publicado por    el 7 mar 2012     >> 
A medida que cumplo años y sobre todo que comparto tiempo con otros profesionales me doy más cuenta de la importancia de decir “no”. Como fórmula para centrarte en las tareas y actividades importantes, como remedio para evitar la saturación y el desbordamiento, y como respuesta a la pregunta «¿cómo hago para hacer lo que siempre quise hacer pero siempre me veo obligado a posponer?

Nuestra taza rebosa, nuestro puzle tiene muchas piezas, nuestro plato está lleno. Y sin embargo nos empeñamos en aceptar nuevos compromisos y un sinfín de cosas más. Cosas como una nueva colaboración que nos proponen, un proyecto que sobrevuela y el cuerpo nos pide hacer, absorber más información online/offline, abrir una nueva cuenta en tal nueva web de la que todo el mundo habla, instalar nuevas y sugerentes aplicaciones o, directamente, inventarnos tareas basura que no valen para nada.
¿Y por qué nos cuesta tanto decir “no”? Dicho de otro modo: ¿Por qué somos tan propensos a decir “sí” y cargarnos de más cosas? Porque decir sí es rápido: no te obliga a pensar y elegir; porque es conveniente: quedas bien con los demás y transmite una mejor imagen de ti; porque es cómodo: en lugar de decidir por prioridades miras hacia otro lado y eliges lo que tenga más “azúcar”, como un niño.
Pero decir “sí” a todo, no saber decir “no”, significa pagar un precio alto. Sumar lleva a saturar, y la saturación conduce al exceso y la desorientación. Al final necesitaríamos 17 vidas para hacer todo lo que nos gustaría. Y claro, después de las 17 vendrían otras 17 más…
Hay que decir “no” a mil cosas para estar seguro de que no te estás equivocando o que intentas abarcar demasiado.
— Steve Jobs
¿Por qué hay que decir “no” cuando lo que me pide el cuerpo e incluso todo el mundo a mi alrededor me empuja a probar, hacer y colaborar en todo lo que se ponga por delante? ¿Por qué es importante empezar a decir “no”?
Porque al decir “no” podrás hacer las tareas importantes mejor, a conciencia… poniendo calidad, creatividad y talento en los detalles que marcan la diferencia y dejan huella.
Porque al decir “no” tendrás tiempo y atención para volcarte en tus prioridades. Personales y profesionales. Las cosas que son importantes y que cuentan para ti. Las cosas, las personas, por las que merece la pena estar aquí.
Porque al decir “no” disfrutarás de tiempo extra para empezar cosas que siempre quisiste hacer y que una y otra vez te viste obligado a posponer.
Porque al decir “no” podrás vivir y hacer las otras cosas más conscientemente; y las podrás saborear a fondo, sin la sensación de ser un títere manipulado por una agenda siempre saturada.
Porque al decir “no” podrás experimentar una sensación de libertad y liberación sin igual. Te demostrarás a ti mismo que tienes los mandos y el control de lo que haces. Que todavía puedes elegir, hacer y vivir sin tener que actuar como un coche teledirigido.
Decir “no” cuesta horrores, sin duda. Pero cuesta mucho menos cuando tienes claro lo que quieres, cuando tienes un porqué y sabes que hay cosas mucho más importantes que la incomodidad o el mal trago de rechazar algo nuevo. Cosas como tu capacidad parar invertir en tus prioridades verdaderas para vivirlas más intensamente. Libertad para elegir según tus principios y caminar con menos peso a la espalda. O inteligencia para administrar tus fuerzas y no desgastarte gratuitamente en cosas que no aportan. Creo que son razones poderosas para empezar a practicar el “no”.
— Berto Pena



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