Publicado por Jero Sanchez el 16 oct 2009 >> Ver artículo original
Hay un diferencia fundamental entre una persona exitosa, que siempre consigue lo que quiere, y la persona promedio que espera cada 1 de enero para formular los mismos objetivos, año tras año. La persona exitosa se fija objetivos de forma inteligente, mientras que la persona promedio simplemente formula deseos, no verdaderos objetivos.
Decir “voy a perder peso” no es fijar un objetivo, como tampoco lo es decir “voy a crear un blog”, “voy a ser rico” o “voy a pasar más tiempo con mi pareja”. En realidad, todos ellos son deseos más o menos vagos, buenas intenciones, pero no tienen las características de un objetivo bien formulado que se pueda alcanzar.
Entonces, ¿cómo se formula un objetivo de forma inteligente? Veamos.
Los anglosajones, siempre tan creativos ellos, idearon un término para definir cómo debían ser los objetivos bien formulados. El término es SMART (inteligente, en inglés), que es un acrónimo de las características que deben tener un verdadero objetivo. A saber:
Specific (específico). El resultado final debe estar claramente definido, evitando ambigüedades o vaguedades. Por ejemplo: “voy a perder 10 kilos” en lugar de “voy a perder peso”.
Measurable (medible). La formulación del objetivo debe contener datos que sean medibles, de manera que puedas saber si ya lo has alcanzado. En el ejemplo anterior hemos fijado una cantidad de kilos a perder, que puede ser medido en una báscula.
Achievable (alcanzable). El objetivo debe ser alcanzable, o de lo contrario rápidamente sentirás la imposibilidad de alcanzarlo, te frustrarás y abandonarás. Si quieres perder 10 kilos, fíjate primero un objetivo con el que te sientas cómodo, como por ejemplo perder 3 kilos en 6 meses. Después, si es necesario, fíjate nuevos objetivos para seguir perdiendo peso según el mismo criterio.
Relevant (significativo). No tiene sentido cumplir objetivos que no tienen valor para ti. Fíjate objetivos que realmente vayan a aportar algo a tus objetivos personales. Si no tienes problemas con tu peso, no tiene sentido fijarte como objetivo la pérdida de peso. A lo mejor deberías mejorar la relación con tu familia (si es que eso es lo que quieres), o fijarte metas financieras para reunir un capital suficiente cuando te jubiles. Los objetivos que te marques dependerán de tus valores y de lo que realmente te importa en la vida.
Time-bound (con fecha límite). En cualquier caso, tus objetivos deben tener una fecha límite para ser cumplidos. La fecha límite crea una sensación de urgencia y te mantiene todo el tiempo concentrado en las tareas que tienes que llevar a cabo. En el caso del ejemplo, podrías reformular el objetivo así: “seguir la dieta todos los días, sin excepción, e ir a correr 3 veces por semana, de forma que haya perdido 3 kilos cuando llegue el 30 de septiembre”.
Apliquemos estos 5 principios a todos nustros deseos y obtendremos objetivos específicos, medibles, alcanzables, que aporten realmente cosas importantes a nuestra vida, y lo mejor, en un plazo de tiempo razonable.
Por supuesto, fijar un objetivo de forma inteligente no es lo único que necesitaremos hacer para alcanzarlo. Aunque muy importante, es sólo el primer paso. Una vez establecido el objetivo tendremos que ponernos a trabajar, y el camino no estará exento de obstáculos. En otro artículo veremos algunos trucos que han demostrado su eficacia para mantenernos arriba del caballo hasta el final.
Foto por Benjamin Earwicker
Decir “voy a perder peso” no es fijar un objetivo, como tampoco lo es decir “voy a crear un blog”, “voy a ser rico” o “voy a pasar más tiempo con mi pareja”. En realidad, todos ellos son deseos más o menos vagos, buenas intenciones, pero no tienen las características de un objetivo bien formulado que se pueda alcanzar.
Entonces, ¿cómo se formula un objetivo de forma inteligente? Veamos.
Los anglosajones, siempre tan creativos ellos, idearon un término para definir cómo debían ser los objetivos bien formulados. El término es SMART (inteligente, en inglés), que es un acrónimo de las características que deben tener un verdadero objetivo. A saber:
Specific (específico). El resultado final debe estar claramente definido, evitando ambigüedades o vaguedades. Por ejemplo: “voy a perder 10 kilos” en lugar de “voy a perder peso”.
Measurable (medible). La formulación del objetivo debe contener datos que sean medibles, de manera que puedas saber si ya lo has alcanzado. En el ejemplo anterior hemos fijado una cantidad de kilos a perder, que puede ser medido en una báscula.
Achievable (alcanzable). El objetivo debe ser alcanzable, o de lo contrario rápidamente sentirás la imposibilidad de alcanzarlo, te frustrarás y abandonarás. Si quieres perder 10 kilos, fíjate primero un objetivo con el que te sientas cómodo, como por ejemplo perder 3 kilos en 6 meses. Después, si es necesario, fíjate nuevos objetivos para seguir perdiendo peso según el mismo criterio.
Relevant (significativo). No tiene sentido cumplir objetivos que no tienen valor para ti. Fíjate objetivos que realmente vayan a aportar algo a tus objetivos personales. Si no tienes problemas con tu peso, no tiene sentido fijarte como objetivo la pérdida de peso. A lo mejor deberías mejorar la relación con tu familia (si es que eso es lo que quieres), o fijarte metas financieras para reunir un capital suficiente cuando te jubiles. Los objetivos que te marques dependerán de tus valores y de lo que realmente te importa en la vida.
Time-bound (con fecha límite). En cualquier caso, tus objetivos deben tener una fecha límite para ser cumplidos. La fecha límite crea una sensación de urgencia y te mantiene todo el tiempo concentrado en las tareas que tienes que llevar a cabo. En el caso del ejemplo, podrías reformular el objetivo así: “seguir la dieta todos los días, sin excepción, e ir a correr 3 veces por semana, de forma que haya perdido 3 kilos cuando llegue el 30 de septiembre”.
Apliquemos estos 5 principios a todos nustros deseos y obtendremos objetivos específicos, medibles, alcanzables, que aporten realmente cosas importantes a nuestra vida, y lo mejor, en un plazo de tiempo razonable.
Por supuesto, fijar un objetivo de forma inteligente no es lo único que necesitaremos hacer para alcanzarlo. Aunque muy importante, es sólo el primer paso. Una vez establecido el objetivo tendremos que ponernos a trabajar, y el camino no estará exento de obstáculos. En otro artículo veremos algunos trucos que han demostrado su eficacia para mantenernos arriba del caballo hasta el final.
Foto por Benjamin Earwicker
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